VESTIDOS CORTOS

Los vestidos cortos son piezas cuyo uso está reservado exclusivamente a eventos diurnos. Son considerados como prendas de media etiqueta y tendrían una equivalencia similar al traje de chaqueta para hombres.El largo adecuado para los vestidos cortos o vestidos de cóctel debe ser por la rodilla o un poco por encima sin llegar a ser minifaldero. Por protocolo se aconseja llevarlos tanto en verano como en invierno con medias.
Los vestidos cortos que encuentras en EMESACS son de lineas sencillas. Según la temporada y dependiendo de la colección, abundarán más los vestidos entallados o los fluidos.

UN POCO DE HISTORIA

El vestido surge a raíz de la necesidad del hombre de cubrir y proteger el cuerpo de las condiciones climatológicas. Las primeras vestimentas se hacían con pieles de animales. Dadas su naturaleza, estas piezas necesitaban de tiempo y técnicas para hacerlas más maleables y resistentes.

Se hace imposible hablar de historia y evolución del vestido sin mencionar las herramientas necesarias para su fabricación. Se han encontrado agujas con ojo en cuevas del paleolítico con una antigüedad de más de 40.000 años.

La historia de la moda, sin embargo, nace en el momento en el que el uso del vestido para la protección del cuerpo pierde importancia y a la vez se convierte en un reflejo cultural y de riqueza de los distintos pueblos.

Durante la primera etapa de la época medieval las mujeres solían vestir llevando una túnica larga que no cubría los brazos y estaba adornada con bordados.

Entre los siglos VIII y IX aumenta el ambiente de lujo en Europa. Este lujo se refleja en los vestuarios de las Cortes que se caracterizaban por ser vestidos lujosos hechos con tejidos más especiales como la seda. Estas telas eran importadas principalmente de oriente.

Las Cruzadas también influyeron en la manera de vestir Europea. Las mujeres adoptaron prendas propias orientales que cubrían cuello y escote. Durante esta época, los vestidos eran más sobrios.

En el siglo XII aparece un nuevo tipo de vestido de mujer. La túnica se transforma. El resultado es un vestido ajustado hasta la zona de la cadera con una falda que cae con pliegues hasta los pies.

Durante el siglo XIII empiezan los vestidos empiezan a adquirir un aire específico dedicado al género femenino.

El vestido vuelve a sufrir transformaciones importantes. Ahora la parte de arriba es más ceñida, la falda es voluminosa y larga e incluso lleva cola. En esta época se pronuncian los escotes y se marcaban las cinturas con el fin de destacar los bustos. Las mujeres adornan sus vestidos con cinturones anchos que separan el corpiño de la falda.

Una de las herramientas que facilitó la manera de hacer los vestidos fueron los patrones cuyo uso es mucho más reciente. Los patrones, responden a un fin puramente estético. No tenían en cuenta la comodidad. Imponían prendas, como el corsé, que lejos de resultar cómodas, limitaban el movimiento. De esta manera, la figura de la mujer quedaba relegada a la inmovilidad y sumisión. La misión del corsé era modificar la anatomía femenina para que siguiera los cánones de belleza de la época en los que reinaban los cuerpos esculpidos de finas cinturas, pechos pronunciados y cuellos altos.

Los cambios sociales impulsados por las revoluciones durante el siglo XVIII propiciaron que durante esta época los vestidos perdieran la estructura rígida que los había caracterizado en siglos anteriores. Vuelven las líneas de las primeras democracias griegas en las que los vestidos eran ligeros y fluidos y solo marcaban el corte bajo el pecho. Esta tendencia no es duradera y a finales de este mismo siglo se recupera el corsé.

El siglo XIX implica la apropiación del pantalón en algunos armarios femeninos, algo no bien visto por la mayoría por lo que se establece un decreto a principios del 1800 que afirmaba que toda mujer que quería vestir como un hombre debía obtener un permiso de la policía.

La falda corta nace como un reclamo de las mujeres trabajadoras a mediados de siglo en Estados Unidos. Ésta prenda, junto con los pantalones  largo ofrecían comodidad y flexibilidad a las mujeres que los llevaban.

Gabrielle Chanel es pionera en la moda de inicios del siglo XX. Libera definitivamente a la mujer de corsés y adornos extravagantes que modifican y esconden su figura.

El final de la Segunda Guerra Mundial marca una nueva linea a seguir. La mujer comienza disponer libremente de su cuerpo a la vez que nace la minifalda y vestidos de corte recto. Los pantalones se apoderan de los armarios femeninos y se convierten en la prenda estrella dejando los vestidos como prendas al servicio de la mujer y no al revés.

Si la boda es de día, se aconseja que los vestidos invitada boda sean cortos, por la rodilla o un poco por encima. También está permitido el largo midi para asistir de invitada a una boda de día.

El tipo de vestido que se elija dependerá del estilo de cada persona

Dentro de los vestidos cortos, en EMESACS encontrarás vestidos cortos con manga larga, corta y de tirante. Puedes llevar los vestidos con manga larga o puedes acortarla y dejarla a la altura de una manga tres cuartos o francesa.

En EMESACS preferimos hacer diseños más sencillos para que sea más fácil darle un uso continuado. Creemos en la versatilidad de las prendas y en el poder del complemento para conseguir distintos looks con una misma pieza.

Si pensamos en vestidos nochevieja lo primero que nos viene a la mente es mucho “brillibrilli” – concepto que últimamente está muy de moda-. Lentejuelas, tejidos metalizados, plumas o pedrería son algunos de los detalles que solemos encontrar en los vestidos para este tipo de festividad.

Un estilo más sobrio y elegante es lo que encontrarás en las prendas de las siguientes páginas. Colores lisos, oscuros con ligeros toques de luz proporcionado por el satinado de algunos tejidos más especiales empleados en colecciones cápsulas exclusivas para esta época del año.

Los vestidos fiesta son vestidos de eventos, piezas para lucir en ocasiones especiales. Pueden ser largos o vestidos de fiesta cortos.

Desde hace unos años, EMESACS se dedica a la confección propia de vestidos fiestas. Unos vestidos que poco tienen que ver con el concepto tradicional de vestidos fiestas en los que abundan los excesos de detalles y se pierde la persona que lleva puesto el vestido.

En cada colección nos dedicamos a confeccionar una serie de vestidos de fiesta cortos acorde a la temporada del año en la que se quieran usar.

Los vestidos de fiesta cortos de las colecciones primavera-verano tienen un colorido más vivo. La gama cromática es mucho más amplia en esta época del año. Solemos confeccionar cada prenda en un par de colores máximo.

Solemos hacer los vestidos de fiesta cortos de las colecciones de otoño-invierno en tonalidades más oscuras.

Aun así hay algunos colores que nos gusta utilizar indistintamente en cualquier época del año, como el magenta o el verde.

Lo mejor de tener confección propia es que podemos personalizar los diseños y una de esa personalización reside en el color. Por lo que si una clienta quiere un modelo en otro color fuera de colección lo puede encargar en su talla.

Los vestidos de cóctel están considerados prendas de gran elegancia. Esta elegancia se debe no solo a la forma -el diseño-, sino también a los tejidos elegidos para su confección.

Los vestidos cóctel con tejidos y diseños más especiales, bien pueden ser utilizados en eventos de etiqueta acompañando a un chaqué, frac o esmoquin. Los vestidos de cóctel con diseños más sencillos quedan perfectos acompañando al traje chaqueta.

Un vestido de cóctel se puede utilizar tanto de día como de noche. Dependiendo de la hora del  evento, lo elegiremos de unos colores u otros. Por ejemplo, los tonos más vistosos y atrevidos quedarán mejor en vestidos de cóctel para eventos de día. En este caso, los acompañaremos de tocados o pamelas.

Es imposible hablar de vestidos cortos y pasar por alto esta pieza. El LBD -Little Black Dress o minivestido negro-, creada por Gabrielle Chanel, es la prenda de fondo de armario por excelencia.

Hay muchas formas para este tipo de vestido corto. Su uso se ha extendido más allá del de vestido de fiesta o vestido de cóctel de manera que cada vez es más fácil ver a mujeres a diario usando minivestidos negros.

Cada temporada, en EMESACS intentamos lanzar algún modelo en honor a esta prenda. Uno de los primeros fue el vestido BABYDOLL. Lo diseñamos para la colección otoño-invierno de 2016 y fue uno de nuestros best-sellers de esa temporada.

Más recientemente, puedes encontrar otra muestra de este tipo de piezas en el vestido CARMEN, un LBD ajustado, con escote en la espalda y mangas de gasa de la colección cápsula que sacamos para la navidad de 2018.

El último ha sido el vestido DIANA. De corte ajustado, por encima de la rodilla. En el diseño de este vestido destacan sus mangas cortas con forma de globo.

Es probable que los vestidos boda civil sean los más informales de los vistos hasta ahora de vestidos para eventos. Los vestidos para este tipo de enlaces, dada su informalidad, son los más fáciles de reciclar y adaptar a los looks diarios. A pesar de que los looks son más relajados, por protocolo, el uso de medias sigue siendo obligatorio y el largo de la falda más adecuado para estos vestidos sigue siendo, como mucho, un poco más arriba de la rodilla.

Seguimos con looks relajados, aunque en este caso hay que diferenciar si los vestidos para comunión mujer que buscamos son como invitada o buscamos un vestido de madre de comunión. Como siempre, la elección del look debe ir acorde a la personalidad y gustos de la persona que lo lleva.

Al ser un evento que se celebra en primavera huiremos de colores demasiado oscuros y tejidos excesivamente gruesos.

En el caso de buscar vestidos para comunión como invitada, de la colección primavera-verano 2019 aconsejamos el vestido SANDRA tanto en nude como en magenta, acompañado de alguna chaqueta para el momento iglesia o por si hace algo de fresco. El vestido DIANA en nude también nos parece un buen candidato para este tipo de eventos.

Si buscas vestido para madres de comunión, de la colección primavera-verano 2019 nos parecen dos buenas opciones el vestido NATI rosa y el vestido SARA en cualquiera de sus dos tonalidades. Si tuviéramos que elegir un vestido corto de colecciones pasadas como vestidos para comunión mujer, éste, sin dudas, sería el vestido SABA de la colección primavera-verano 2018, un vestido ajustado, bicolor -magenta y nude- y con manga de estilo japonés.

Otro tipo de evento que se suele celebrar por la mañana son los bautizos. Esta es la razón por la que los looks para estos eventos son más relajados. A la hora de elegir vestidos para bautizo mujer, se pueden aplicar las mismas bases que en los vestidos para comunión mujer.

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